Madrid. Verano de 2022. Mucho calor en las calles.
Voy subiendo las escaleras mecánicas del Corte Inglés Princesa junto con mi amigo José Pepe Bono. Vamos hacia el piso 7 con la idea de compartir un café y un rato de buena charla.
José Bono fue ministro de Defensa del Gobierno de España, presidente del Congreso de los Diputados y jefe de gobierno de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha.
Como puedes imaginar tiene una gran experiencia política. Y además le gusta compartirla. Así que vamos conversando animadamente mientras subimos rumbo a la cafetería.
Una señora sube delante nuestro. Un tramo y otro tramo. Ya sabes: no nos ve y nosotros solo la vemos de espaldas. Y de pronto nos habla sin mirarnos.
– Esa voz la conozco -dice en voz alta mientras sigue subiendo las escaleras-, ¡qué gusto verlo ministro!
Verlo.
Eso dice la señora que no está viendo al exministro sino que lo está escuchando.
Pero lo ve.
Las características de la voz de Pepe, su forma de hablar, desatan en el cerebro de la señora una rápida asociación mental que conecta aquella voz con un nombre, un cargo, una imagen visual y seguramente otros atributos políticos y personales.
No lo ve con los ojos.
De alguna manera lo ve con los oídos.
Eso es imagen de marca.
Toma nota. Imagen de marca.
La voz es una de las piezas más importantes de la imagen de marca de cada político.
Porque las cualidades sonoras de la voz comunican emociones y transparentan la personalidad de cada cual.
Mi consejo de hoy: recuerda la importancia de tu voz.
Trabájala. Sé consciente de la voz que tienes.
Y participa al máximo en los medios de comunicación que te permitan desplegarla.
Vídeos. Audios. Programas de televisión. Entrevistas en radio. Podcasts. Conferencias. Videoconferencias. Diálogos presenciales.
En fin: usa con inteligencia todos aquellos espacios donde tu voz sea protagonista.
Verás como vas subiendo peldaño a peldaño las escaleras del reconocimiento y de la imagen de marca.
Es obvio pero lo digo igual: no alcanza solo con la voz.
Pero sin la voz es imposible.
Te lo digo desde la experiencia. Porque la experiencia es buena consejera.
Daniel Eskibel