Hace poco tiempo me ocurrió algo que me hizo pensar seriamente acerca de los equipos de campaña. Es algo que tiene que ver con la renovación del baño principal de mi casa.
Te cuento la historia y después te explico cómo se vinculan ambos asuntos.
Paciencia, ya lo verás.
Te cuento.
Eran las 10 de la mañana cuando recibí la llamada telefónica. Era una voz joven que sonaba desconcertada. El camionero de una prestigiosa empresa nacional traía el 70 % de los materiales que habíamos comprado para renovar completamente nuestro baño principal.
Pero tenía un problema, no sabía cómo llegar a mi casa.
Me dijo la dirección completa, el nombre de la calle y el número de puerta. Los datos estaban bien, pero no sabía cómo encontrar esa dirección.
La operativa habitual era que recibieran la ubicación por WhatsApp. Entonces se guiaban por el mapa en su teléfono inteligente. Fácil, normal, todo el mundo lo hace.
Pero, pero, pero…
El cliente, o sea yo mismo, es tal vez la única persona en América Latina que no usa WhatsApp. Telegram sí, Signal también, pero WhatsApp…mmmm, no, decididamente no.
¿Cómo entregar un pedido, bastante grande por cierto, sin recibir la ubicación por WhatsApp? El joven camionero y su joven acompañante estaban desconcertados, perdidos, enfrentados a una misión imposible.
– Si no tengo la dirección en el mapa no puedo llegar hasta ahí -me dijo el camionero en el teléfono.
Le pedí que tratara de ver en qué calle estaba.
Silencio.
Luego me dijo el nombre de la calle.
Le dije que saldría a mi puerta con el teléfono y que me vería.
El camión estaba a 25 metros de mi casa.
Fin de la historia. Pedido entregado con éxito.
¿Recibir la ubicación por WhatsApp para verla en el plano era el único camino?
Por supuesto que no.
Pero el único camino que los muchachos del camión habían incorporado a su toma de decisiones.
Tenían otras opciones, por supuesto.
Por ejemplo mirar los notorios carteles que indicaban los nombres de las calles.
O tal vez, ¡horror de los horrores!, preguntarle a alguna persona (no a un avatar sino a una de esas personas de carne y hueso que aparentemente siguen caminando por nuestras ciudades).
¿Por qué no buscaban otros caminos? Por varias razones, entre las cuales la principal es su falta de autonomía.
Autonomía.
Esa es la palabra clave que quiero que saques en limpio de este artículo.
Autonomía.
Capacidad para tomar decisiones por sí mismo, para resolver problemas sin que alguien te diga todo el tiempo qué tienes que hacer y cómo lo tienes que hacer.
Autonomía para pensar, para decidir, para actuar, para elegir otro camino cuando eso es necesario.
Piensa en esa palabra cuando vayas a designar a tu equipo de campaña.
Autonomía.
Tu equipo tiene que estar integrado por personas que tengan entre sus virtudes la autonomía.
Ya sabes. Una campaña política supone una enorme cantidad de decisiones cotidianas que hay que tomar en un contexto siempre cambiante.
Por eso se necesitan personas autónomas.
Que piensen por sí mismas, que decidan, que actúen.
Personas que no se queden estancados en una esquina de la campaña sin saber cómo llegar al votante que está allí cerca.
Daniel Eskibel