El partido es pequeño. O acaba de conformarse. Y los medios de comunicación importantes no registran sus novedades, sus propuestas, sus candidatos, su existencia. Entonces la gente no los conoce. Y todo es un círculo vicioso. Difícil.
Lograr notoriedad es siempre el primer logro comunicacional de una formación política. Y algunas formaciones no lo logran nunca, así de duras son las cosas.
¿Es imposible esa notoriedad para los nuevos y los chicos?
No. No es imposible.
Es difícil romper el cerco mediático y el silencio. Muy difícil. ¿Qué se necesita?
- Un tema central. Solo uno. Fuerte. Definido. Reiterado. Uno solo.
- Paciencia. Hay que insistir. Una y otra vez. Como la gota que horada la piedra.
- Evangelistas. Así le llamo a las personas de carne y hueso que van por ahí difundiendo el mensaje del partido. Los que lo comentan en el trabajo, en el bar, en la familia, entre amigos, en la plaza, en las redes sociales. Es lo primero: tener en cada lugar algunos evangelistas.
- Probar medios alternativos. En lugar de apostar a los medios de comunicación tradicionales, explorar el uso de cartelería callejera, impresos distribuídos casa por casa, internet, etc
- Intentar generar noticias. Hechos que sean noticia. Acciones novedosas, que llamen la atención, que provoquen el comentario y el rumor.
Ahí está el diseño estratégico inicial.
El comienzo para luchar por la notoriedad. Que en política no lo es todo, por supuesto, pero que es tan necesaria como el oxígeno.