Fines de la década del 60. El siglo veinte está en plena ebullición.
El grupo de jóvenes ingresa al banco atestado de gente.
Van vestidos con impecables trajes y corbatas. Pero de pronto las ametralladoras y los fusiles aparecen de la nada en sus manos.
Reducen al policía, al personal del banco y a los clientes. Y huyen rápidamente con una enorme suma de dinero.
Son guerrilleros. Muchachos jóvenes inundados de idealismo. Quieren cambiar el mundo pero para ello necesitan dinero. Mucho dinero.
“Poderoso caballero es don Dinero”.
Lo escribió Francisco de Quevedo hace mucho tiempo…
Lo cantó Paco Ibáñez con su voz rasposa imposible de confundir.
Poderoso caballero.
Y sí: para hacer política se necesita dinero.
No importa que seas de izquierdas o de derechas. Necesitas dinero.
No importa cuan extremo sea tu idealismo. Necesitas dinero.
No importa que seas el más rico o el más humilde. Necesitas dinero.
Para tener tus locales, tus sedes, tus clubes o como le llames.
Para estar en la radio y en la televisión.
Para tener cartelería en las calles de la ciudad.
Para movilizarte e ir de un lado al otro.
Para profesionalizar tu campaña.
Para todo.
Obama necesita 1000 millones de dólares para su campaña de reelección presidencial.
Mil millones de dólares.
U$S 1000:000.000.
Claro: es Obama. United States of América.
Pero hasta el más humilde candidato a Alcalde del más pequeño pueblo iberoamericano necesita una determinada inversión en su campaña electoral. Inversión seguramente pequeña, acotada, esforzada, ajustada…Sí. Pero inversión. Dinero.
No tienes que asaltar ningún banco (aclaro por las dudas). Además la lectura de mis artículos no será considerada como atenuante por ningún juez… 🙂
Pero debes tener tu presupuesto. Desde el principio. Hasta diría que ese es el principio de tu campaña: tener tu presupuesto. Saber cuánto vas a invertir. Y planificar cómo vas a recaudar ese dinero.
En caso contrario podrás tener grandes ideas pero no tendrás campaña electoral.
Así de simple.
Poderoso caballero es don Dinero.