Psicología. Mente. Cerebro. Emociones. Comportamiento. Consciente. Inconsciente. Ideas. Mitos.
Sí: psicología.
Política. Poder. Elecciones. Partidos. Candidatos. Votos. Campañas. Simpatías. Antipatías.
Sí: política.
¿Psicología Política?
La mente y los juegos del poder.
Aunque también el poder y los juegos de la mente.
Psicología Política: sí.
De eso hablo en la entrevista que me realizó una de las principales publicaciones académicas del mundo en esta disciplina: la revista Cahiers de Psychologie Politique.
Comparto con ustedes las preguntas de la revista y mis respuestas (publicadas en enero 2013 en el número 22 de la publicación)
¿Que entiende Ud. por psicología política?
La psicología política es la disciplina científica que estudia el comportamiento político de los seres humanos.
Cuando digo comportamiento lo hago en sentido amplio, incluyendo tanto el sentir como el pensar y el actuar (como decía Pichón-Riviere). Y cuando digo político también lo hago en sentido amplio, en referencia no solo a la política partidaria sino también a la producida en gobiernos, sindicatos, organizaciones sociales, culturales, religiosas, deportivas o de cualquier índole colectiva. La polis, al decir de Aristóteles.
Por otra parte me parece importante precisar que la disciplina no debe abarcar solo los aspectos más visibles y conscientes del objeto de estudio sino también sus dinámicas inconscientes.
¿Que objetivos le asigna Ud. a esta disciplina?
En primer lugar un objetivo de conocimiento puro, de saber, de comprender en profundidad una zona de la vida humana poco estudiada en proporción a la magnitud de sus efectos en la realidad.
En segundo lugar un objetivo de difusión de los conocimientos producidos. Los ciudadanos deben (deberían…) saber cada vez más sobre este mundo de la psicología política para ser más conscientes de sus propias acciones políticas y de las que ocurren en su entorno. La disciplina puede ayudar mucho a la construcción de una ciudadanía cada vez más consiente, más lúcida, más autónoma y más libre.
Y en tercer lugar un objetivo de mejora de la comunicación política. En nuestro tiempo tenemos una grave falla en esa comunicación, lo cual provoca brechas inmensas en las sociedades. Mejorar la comunicación de todos los actores políticos debe ser un objetivo clave de la psicología política.
¿Cuales son los problemas más relevantes tratados por los psicólogos políticos?
Un listado parcial e incompleto debería incluir el proceso de toma de decisiones de voto, los liderazgos, los efectos de la publicidad política, el estudio del impacto de los medios de comunicación, la incidencia de las redes sociales, la forma de procesar, almacenar y elaborar la información política en el cerebro de los ciudadanos, el peso de las emociones en la relación ciudadano-político, las variables psicológicas que inciden en el voto…
¿Que tipo de metodología le parece la más adecuada para la realización de estas cuestiones?
La metodología es amplia y diversa, y debe adaptarse siempre al objeto de estudio. En estas temáticas son valiosas tanto la experimentación en laboratorio como las encuestas, los focus-groups, la observación, el estudio de casos, el análisis de textos, el análisis semiótico de las campañas publicitarias y las entrevistas en profundidad.
¿Qué autores ejercen una gran influencia en esta área del conocimiento?
En lo personal tengo una formación psicoanalítica y eso es una marca importante. Por lo tanto toda la corriente inaugurada por Freud y continuada a lo largo de los últimos 100 años me parece indispensable para comprender al ser humano en todas sus dimensiones. También en la dimensión política. Por otra parte tengo una formación en psicología social y de la comunicación que parte de la obra de Enrique Pichón-Riviere y toda la escuela que de alguna manera le continuó. Allí está otra de las fuentes teóricas que creo importantes. Desde otros ángulos, hay aportes muy interesantes y más recientes de George Lakoff, Robert Cialdini y Drew Westen. Finalmente creo que hay una influencia muy importante de autores vinculados a la International Society of Political Psychology y que suelen publicar en la revista Political Psychology. Estos últimos autores hacen gala de precisos diseños experimentales y de conclusiones muy rigurosas.
¿El psicólogo debe participar activamente en política para comprender lo esencial de los problemas políticos?
No necesariamente. En mi caso sí que participé activamente en política durante varios años de mi vida y eso me dio una perspectiva muy interesante, muy viva y muy ‘desde adentro’ del campo de estudio. Pero conozco muchos psicólogos que no participan en política, que se dedican solo a la investigación y/o docencia académica y sin embargo producen grandes aportes.
¿Cual es su balance actual de la presencia de la Psicología política en América Latina y sus diferencias con la que se practica en otras regiones del mundo?
Mi visión personal es que en América Latina aún tenemos mucho terreno que recorrer. Mucho. Desde la formación académica hasta la investigación y llegando también a la difusión de los conocimientos. En ese sentido otras regiones, pienso por ejemplo en el mundo anglosajón, nos llevan una ventaja considerable. En esas regiones la psicología política está más consolidada como disciplina.
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