“Todos mienten”, dice el polémico Dr. House. “Lie to me”, dice el título de otra serie televisiva. Lo cierto es que la mentira está instalada en la sociedad humana y en los comportamientos. Inevitablemente. Y la política no es ajena a dicha realidad.
No me refiero solo a la mentira deliberada (a esa también, claro). Me refiero a todo el campo de expresiones verbales que encubren, disimulan o modifican la realidad. Y también a aquellas expresiones verbales que se dicen sin convicción, sin seguridad, sin la certeza interior de que eso es así. O que se dicen mientras las emociones van en otra dirección.
Visto desde otro ángulo, a lo que me refiero es a la confianza del elector en el político. No la confianza genérica, sino la confianza mayor o menor en éste o aquel político. Y a cómo puede cada político cimentar y construir esa confianza. O destruirla.
La clave de la confianza no está tanto en las palabras sino en los gestos. Transcribo un fragmento de otro artículo sobre el tema:
Los gestos dicen lo que las palabras callan
Es un viejo descubrimiento de la psicología que tiene una inmensa utilidad en el mundo de hoy, cuando la política se ha transformado en espectáculo.
Muchas campañas electorales desconocen este hecho y multiplican sus riesgos y sus márgenes de error. Entonces:
- El candidato pierde votos porque su lenguaje corporal transmite un mensaje totalmente diferente, y a veces hasta opuesto, a su mensaje verbal
- Su campaña electoral pierde la oportunidad de corregir estos aspectos porque ni siquiera los tiene en agenda
- Su campaña electoral no detecta los errores de comunicación no verbal del candidato adversario y por lo tanto no puede aprovecharlos
- Su campaña electoral tampoco detecta las emociones del otro candidato, presentes pero casi invisibles en su cuerpo
- El candidato debilita sus presentaciones en radio, televisión y mitines
- Las falsedades y mentiras que otro candidato dice pasan desapercibidas o por lo menos quedan sin verificar ni demostrar
Cuando quieras descubrir la sinceridad o falsedad de lo que está diciendo un político, y cuando quieras descubrir las emociones que le animan en ese momento…olvida las palabras y observa los gestos.
¿Tienes un vídeo de tu adversario y quieres saber si realmente cree en lo que está diciendo?
Pues observa el vídeo sin audio y estarás más cerca, mucho más cerca de la verdad.