¿Lo que ves es eso y solo eso, o hay por detrás otra cosa? Dicho de otro modo: ves una campaña electoral. Piezas de radio y televisión, jingles, discursos, debates, anuncios de prensa, noticias, cartelería…¿Hay algo por detrás que vertebre todo eso?
Un conjunto de artículos
Si se trata de ejemplos, comencemos por casa. En algún momento descubres mis artículos. Ves que tienen cierta diversidad de temas y enfoques. Los lees. Algunos los aplicas en tu campaña electoral. Otros en tus clases. O en tu modo de explicar los eventos políticos. O de pensarlos.
Pero hay algo invisible. Algo que no ves. Una estructura, un sistema, una organización de conceptos.
¿Cual es la estructura detrás de mis artículos? Está compuesta básicamente por 2 elementos centrales interrelacionados:
- Un modelo teórico proveniente de la psicología política que explica cómo, cuándo y por qué se produce la decisión de voto en cada persona.
- Un modelo operativo sobre cómo se debe operar en una campaña electoral para lograr que el mensaje político sea persuasivo para el cerebro del votante.
Son 2 elementos complejos, y cada uno de ellos está integrado a su vez por todo un conjunto de variables. Es una estructura real, que existe, pero invisible. Lo que ves es el producto, el resultado, los artículos. La estructura está en otro lado: en el libro Maquiavelo&Freud.
Una partida de ajedrez
Un segundo ejemplo: el ajedrez. Ves los 2 jugadores frente al tablero. Las piezas blancas y las negras. Los movimientos de cada uno. Las jugadas. Y el jaque mate final, o el rey que se inclina aceptando la derrota, o tal vez el pacto de tablas.
Pero eso no es todo. Hay algo más, algo invisible, algo oculto a tus ojos. Una estructura, un sistema, una organización.
¿Cual es la estructura de una partida de ajedrez? Está compuesta básicamente por 3 elementos:
- Apertura. Es el comienzo del juego. El método para desplegar las piezas, ordenarlas en el tablero y ocupar espacios relevantes del mismo. Quien conoce la estructura sabe si un jugador está utilizando el Gambito de Dama o la Defensa Siciliana o la que sea de las tantas variantes posibles. Y sabe las posibles consecuencias de haber optado por uno u otro camino.
- Medio juego. Es el desarrollo de la partida, el ir y venir de escaramuzas, cambios de piezas, ataques y defensas. Quien conoce la estructura sabe diferenciar un medio juego posicional y estratégico como el de Capablanca de uno agresivo y táctico como el de Alekhine.
- Final. Es el remate, el conjunto de procedimientos a aplicar cuando ya quedan pocas piezas en el tablero. Otra vez: quien conoce la estructura va con ventajas porque sabe de qué manera se debe jugar en cada tipo de final.
Conocer la estructura del ajedrez no es solamente saber que lo que se ve no es fruto del azar, sino que además tampoco es fruto de la inspiración del momento. La estructura explica la partida, el desarrollo y su resultado. Y la estructura ayuda a jugar mejor.
Una campaña electoral
Volvemos a la campaña electoral. Lo del principio: discursos, declaraciones, debates, mitines callejeros, carteles, folletería, radio, televisión, publicidad, recorridas puerta a puerta, mensajes de texto a celulares, llamadas telefónicas, correos electrónicos, blogs, páginas web, redes sociales…
Muchos creen que un listado así de tareas es todo. Que la campaña electoral es simplemente (¿simplemente?) hacer bien todas y cada una de esas tareas. Sumar esfuerzos, sumar talentos, sumar buenas ideas, sumar inspiraciones del momento.
Que lo es también, que conste. Pero hay algo más. Sí, efectivamente: estructura.
Una campaña electoral bien hecha y efectiva tiene también una estructura invisible a ojos del votante. No es solamente una acumulación de buenas ideas bien llevadas a la práctica. Eso es la superficie, lo que se ve a simple vista. Pero la clave está en la estructura que organiza esa acción, que la vertebra, que le da sentido.
No la estructura política, la organización partidaria que lleva adelante la campaña. No me refiero a la estructura organizativa sino a la estructura conceptual misma de la campaña.
Que se parece bastante al ajedrez, por otra parte. Que también tiene su apertura, su medio juego y su final. Que tiene sus etapas, sus tiempos, y sus tareas para cada tiempo. Que tiene su estrategia y su táctica. Que tiene su mensaje y su público. Y que tiene un lugar previsto para cada cosa. Esa organización conceptual es la estructura a la que me refiero.
Superficie y estructura
Una campaña electoral sin una buena estructura es como un ajedrecista aficionado que no conoce de aperturas, medio juego y finales. Mucho entusiasmo, tal vez golpes de inspiración y por momentos ráfagas de inteligencia o creatividad. En el mejor de los casos, claro. Todos recursos válidos, y hasta efectivos por momentos, cuando se enfrenta a otros ajedrecistas aficionados.
Navega por la superficie del tablero. Pero jamás puede con quien domina la estructura del ajedrez.
Toda realidad tiene aspectos superficiales (no por ello menos importantes) pero también aspectos estructurales que le dan base, cimiento y solidez.
La estructura de una campaña electoral es eso: el orden que le da base, cimiento y solidez. Porque detrás de lo que se ve y se escucha en una campaña hay otra cosa, otro mundo, otra trama: la estructura de la campaña.