Es la 1 de la madrugada. Sohaib Athar está todavía despierto, atento a su notebook y al Twitter. Tiene 33 años y es consultor en informática. Vive en una pequeña y somnolienta ciudad en las montañas de Pakistán. Es un lugar inmensamente tranquilo al que eligió para vivir intentando escapar del estrés y la agitación de las grandes urbes.
Claro que no sabe que su vecino es Osama bin Laden.
“Un helicóptero sobrevuela Abbotabad a la una de la mañana. Es extraño”, escribe Sohaib en su Twitter. El ruido continúa y Sohaib se molesta. Sigue twitteando, entre irónico e irritado: “Vete helicóptero, antes de que saque mi matamoscas gigante”. Luego escucha una explosión, y minutos después un violento tiroteo. Y sigue en el Twitter, describiendo lo que escucha y cada vez más convencido de que está pasando algo grande.
Sohaib no lo sabe, pero un comando de los Estados Unidos ingresó a la fortificada residencia de su enigmático vecino. Sin quererlo está relatando la muerte de Osama bin Laden.
La nueva comunicación
La revolución de las comunicaciones humanas sigue su marcha a toda velocidad. Y Twitter es parte importante de ella.
¡Es tan simple! Basta una conexión a Internet, ingresar a www.twitter.com y allí crear una cuenta gratuita. Hacerlo es muy rápido. Tal vez un minuto y listo. Ya estás en Twitter.
¿Y después? Pues lo primero es ver lo que están haciendo otros, of course. Para entender mejor esta tecnología. Para acostumbrarse y tomarle el gusto. Para ir entrando en su ritmo. Es muy fácil buscar otros usuarios de Twitter, simplemente con su nombre y desde la misma página de Twitter. Y es muy fácil encontrar presidentes, alcaldes, gobernadores, senadores, consultores políticos o lo que busques. Y al encontrarlos simplemente un click y ya los estás siguiendo. A partir de ese momento vas a leer todo lo que escriben en esta herramienta.
Por ejemplo. Vas a www.twitter.com/danieleskibel y me vas a encontrar. Click en “Seguir” y ya está. A partir de ahí verás otras cosas que escribo además de estos artículos semanales y de los libros. Podrás encontrar comentarios breves y también links a informaciones y artículos de otros autores que habitualmente comparto con quienes me siguen. Y también podrás, poco a poco, conocerme mejor.
Por supuesto que cada vez es más obvia la enorme potencialidad que tiene esta tecnología en las campañas electorales y la comunicación política y de gobierno. Ya sabemos que jugó un papel relevante en la campaña de Obama, pero también ha sido fundamental en las revueltas antigubernamentales del mundo árabe. Y los politicos que la usan con inteligencia están viendo su alto rendimiento en cuanto a la construcción de su imagen pública.
Pero hasta el periodismo está cambiando muchas de sus reglas al incorporarse al mundo de Twitter. Lo ocurrido en Pakistán es apenas una muestra: un ciudadano que cubre una noticia adelantándose a las grandes cadenas internacionales y dando una versión muy personal de los hechos. ¿Hasta dónde puede evolucionar esta tendencia? Imposible saberlo.
Los nuevos escenarios
Apenas un pequeño ejemplo personal. Es de noche y estoy mirando televisión. Durante los avisos publicitarios me conecto a Twitter desde mi teléfono móvil y leo las actualizaciones. Como sigo a varios de los principales diarios del mundo, pues allí tengo las noticias más importantes. Repaso los tweets y estoy repasando los títulos de las noticias. Cuando alguno me interesa hago un click y se abre el navegador que me trae el texto de la información. Con lo cual me voy creando una rutina informativa que hace cada vez menos necesaria la lectura de un único medio por vías tradicionales. Es más: en mi experiencia personal Twitter ya es mi primera fuente de información.
No es que lo vaya a ser algún día. Ya lo es.
Este tipo de escenarios comunicacionales es cada vez más frecuente. Y es indispensable que los incorporemos activamente a la comunicación política. Los candidatos, los gobernantes y los políticos en general deben estar en Twitter. Pero además sus equipos deben desarrollar estrategias sólidas para que no sea solo presencia sino además comunicación inteligente.
No te olvides que no es solo la tecnología lo que cambia. Es que son los electores quienes van cambiando aceleradamente.
Piensa en ello.